! NO MÁS AGUJETAS ¡

Siempre que volvemos al gimnasio después de una larga temporada sin hacer deporte sabemos que, tanto si queremos como si no, las agujetas llegan. Y es que cuando aparecen nos puede apetecer cualquier cosa menos volver a hacer deporte. Nos duele todo el cuerpo, nos cuesta levantarnos, sentarnos, caminar, todo supone un esfuerzo, el consuelo es que sabemos que las agujetas no son eternas.

Pensar que tenemos agujetas porque hemos realizado bien los ejercicios es totalmente erróneo. La creencia popular dice que las agujetas se deben a la formación de pequeños cristales de ácido láctico en las fibras musculares. Expertos en el tema han llegado a la conclusión de que más bien se trata de micro roturas musculares producidas por el entrenamiento. El dolor muscular que provocan las agujetas es debido al esfuerzo al que hemos sometido y no está acostumbrado nuestro cuerpo. Normalmente, aparecen pasadas 24 horas después de hacer deporte.

El dolor muscular se presenta en forma de rigidez, hinchazón, disminución del movimiento articular y pérdida de fuerza en la zona afectada. Además, aparece una sensibilidad aumentada en la zona ejercitada. Actualmente, no hay remedio para eliminar las agujetas en cinco minutos ni fórmula mágica para prevenirlas. Tampoco existe un tratamiento como tal, pero cada vez se efectúan más investigaciones al respecto. No obstante, sí disponemos de algunas pautas que nos pueden ayudar a descubrir cómo evitarlas y combatirlas.

Aunque el dolor sea muy intenso no es nada por lo que debamos alarmarnos ni preocuparnos, ¿son molestas? Sí, ¿podemos aliviarlas? Por supuesto que sí.

Prevenir y aliviar las agujetas

Seguramente alguna vez has escuchado e incluso has probado el remedio casero del agua con azúcar para aliviar las agujetas. Bueno, pues lamentamos decirte que este remedio no sirve absolutamente para nada. Lo más eficaz para reducir las agujetas es el uso de agua fría; ducha de agua fría, bolsas de hielo en la zona afectada. También se pueden hacer masajes con cremas denominadas efecto frío.

El frío ayuda a relajar las fibras rotas y fomenta su recuperación mucho antes. Esta solución es para cuando ya vamos tarde y tenemos las agujetas, pero también podemos prevenirlas. Ya conoces el dicho, más vale prevenir que curar, y para prevenirlas tendremos que:

• Calentamiento previo. Activar los músculos antes de ejercer demasiada presión sobre ellos es imprescindible. Si movemos las articulaciones previamente al entreno los músculos se irán adaptando a las distintas fuerzas que se ejercen sobre él.
• Actividad progresiva. El cuerpo tiene un periodo de adaptación, por eso se debe seguir un principio de progresión, tanto de duración como de intensidad, para que el cuerpo se acostumbre al esfuerzo.
• Estiramientos. Los músculos también tienen que volver a la normalidad de forma progresiva y los estiramientos suaves mejoran la recuperación muscular.
• Hidratación y nutrición. Beber y nutrirse tras el entrenamiento facilita la reposición del glucógeno muscular. Es recomendable comer alimentos ricos en hidratos de carbono para evitar agujetas.

Si seguimos estos consejos las molestas agujetas serán más llevaderas y no nos incordiarán tanto.